sábado, 5 de enero de 2013

Queridos Santos Reyes:


Este es el comienzo de muchas cartitas que seguramente se escriben hoy, cargadas de ilusiones, de deseos de juguetes y cosas. Recuerdo con mucha ternura las cartitas que escribía cada año. 
No pedía juguetes costosos ni nada muy estrambótico. Pedía salud para mi abuela, trabajo para los papás de mis amiguitos, que el malora del salón cambiara, que la maestra no me fuera  a agarrar de bajada por andar de contestona, que el peso no se devaluara, que el León volviera a primera y cosas así.


Yo siempre creí en los Santos Reyes como un poder de intercesión ante el Creador, porque mi madre, por alguna razón, a los tres años tomó la Biblia, me leyó el evangelio de la Epifanía y me explicó cómo aquellos astrólogos habían seguido el rastro de aquella estrella y habían dado con el niñito Jesús.
Y cómo, eran una representación de todos los pueblos, por eso uno de ellos era negro y eran el símbolo que utilizaban en la Biblia para dar a entender que la salvación de Dios era para todo el mundo. 
Y que los padres, en recuerdo a esa ofrenda al niño Jesús, traían juguetes a sus hijos cada seis de enero, por amor. Pero que no había nada mágico, por lo que mis peticiones debían considerar eso, que no había magia, por lo que yo no debía pedir un caballo o cosas d'esas.

No sé qué tanto entendí yo a mis tres años, pero la ilusión no murió. Yo sabía que no podía pedir demasiados juguetes porque en mi casa no teníamos árboles de dinero, pero sí tenía la ilusión de que aquellos magos de oriente podían interceder ante Diosito y darme un regalo especial.

Y hoy, ante el panorama para nuestro país, esta es mi cartita:

Queridos Santos Reyes:

Yo me llamo Lorenza, pero me pueden decir Lore. Y vivo en México. Sí, el país de la guerra contra el narco y en el que acaba de ganar el PRI otra vez. Entonces, pues... yo les quiero pedir lo siguiente:

1.- Que el Congreso apruebe reformas sin tenernos al filo del asiento como diezmilquienientasveintidós horas. Ah, y sin partir a modo que las hagan inoperantes, como nos pasó con Reforma Política.

2.- Que nuestro Congreso apruebe reelección legislativa. (plis, plis) Bueee, y si se puede, ps de ediles y gobers... ¿no?

3.-Que nuestros diputados no se anden regalando lujitos tipo fistolitos de oro que nada tienen qué ver con su labor y que sí nos mandan a la ciudadanía el mensaje de que son unos mercenarios del erario.

4.- Que la estrategia de seguridad del nuevo gobierno no sea quitar fondos al tratamiento de las adicciones y empoderar demás a nuestras fuerzas armadas, digo, no es que me alarme porque la SSP pasara a SEGOB, pero sí.

5.- Que no dejemos de contar los muertos. 

6.-  INSERTE AQUÍ SU PETICIÓN


Y bueno, digo, vámonos por año, tampoco nos van a componer el país en una noche, pero... tengo dos favorcitos más, queridossantosreyes...

Que inserten en el corazón de cada mexicano amor por esta tierra tan generosa que nos da un sentido de pertenencia. La tierra de Frida, de Agustín Lara, de Lola Beltrán, de Diego Rivera... de mis abuelos, de mis padres y espero un día, de mis hijos. La tierra que me hace llorar cada que escucho "México lindo y querido, si muero lejos de ti". Este hogar de más de cien millones de almas, con sueños, con necesidades, con talento, con hambre, con  vicios, con problemas, con abundancia, con carencia, con paz, con violencia. 

Amor en todos, en especial, en aquellos que sostienen un cargo público.  Porque si tenemos amor al país, podremos conducirnos con responsabilidad, con ética y pensando en el bien de todos, no sólo el propio. Regálenos a cada mexicano un amor cotidiano por México. Un amor constante que se renueve día a día. A ver si este año avanzamos más.

Ah... y este... bueno, pues ando ocupando un nuevo vehículo, ahí les encargo.


Yo sé que nos portamos másomenos este año... pero... ustedes le trajeron cosas al niñito Dios cuando no hacía nada más que dormir, llorar y hacer pipí y popó... así que...

Los quiero mucho:

Lorencita